N° 34. Jueves, 1 de octubre, de 1812.

Jueves 1 de octubre de 1812, páginas 2 y 3.

La ignorancia es cuna de la opresión

El periódico "El Satélite Peruano", fue una de las primeras publicaciones informativas que tuvo Perú. La nota que Camilo Henríquez publica del medio, es del género de opinión y trata sobre la necesidad de educación para vencer los medios opresores y los gobiernos de corte autoritarios.

EXTRACTO DEL SATELITE.

¿SOBRE que otros fundamentos mas solidos que la igorancia pudiera haber cimentado su sangriento trono la tirania ¿ ? Como pudiera explicarse sino à la luz de este principio la opresion en que muchos pluebos yacen sumergidos de largos siglos à esta parte? ¿ Como la ciega obediencia que prestan à la caprichosa voluntad casi siempre contraria á sus intereses, y siempre onerosa, de un hombre solo, que generalmente en nada se diferencia de los demas, como no sea en el mayor número de vicios ; y medios para satisfacerlos, y en la impunidad con que puede soltar la rienda á sus paciones, y abandonarse a todo el del crimen?

Solamente la ignorancia de los hombres pudiera haber recibido y consagrado en todos tiempos por principios eternos, las absurdas maximas inventadas por la ambicion, para exercer libremente el despotismo y perpetuar la exclavitud de los pueblos. Quando estas maximas son puramente politicas, su imperio no suele ser de muy larga duracion : una centella de luz basta para descubrir la falsedad en que se apoyan ; mas quando se envuelven y disfrazan con el velo de la religion ¡ desgraciado de aquel que intentase correrle! sus ministros clamarian : al blafemo! Al ímpio! El pueblo siempre superticioso le calificaria de sacrilego y perturbador de la tranquilidad publica ; y una persecucion inexorable seria el fruto de tan gloriosa empresa.

A esta clase de maximas pertenece la de que los reyes son puestos por Dios en la tierra : màxima abominable, que por heberse mirado generalmente entre nosotros como una parte del dogma, labró el vergonzoso yugo que cobardemente hemos sufrido por tan larga serie de años, y que no hubieramos sacudido tan facilmente, à no ser por la extraña combinacion de circunstancias que han mediado. La ambicion no es menos fertil en recursos y medios, que sagaz en aplicarlos. Los reyes poco satisfechos con el alto honor de ser los primeros honbres del estado, y aspirando siempre à salir de la esfera de hombres, digamoslo asi, y formar otra especie superior aparte, se han valido de todos los ardides imaginables para romper las trabas de las leyes, y hollarlas à su salvo : que tal es la propension y natural tendencia que tiene la autoridad à enchansar sus limites, que no puede sufrir freno ni sujecion alguna. Pero ¿cómo inculcar á los pueblos la obligacion de obedecer ciegamente sus mandatos, hora les viniese en voluntad disponer de las haciendas, hora se les antojase jugar con las vidas de los ciudadanos?