Fuente: Institutanos.com

Manuel de Salas

Su obra de mayor significación, y que lo retrata en su dimensión de humanista, fue la Ley de Libertad de Vientres de 1811, que decretó el término de la esclavitud para los hijos de esclavos que nacieran en Chile, desde la fecha de promulgación de dicho cuerpo legal, prohibiéndose, además, el ingreso de nuevos esclavos al país. Posteriormente, en 1823, fue el promotor de la abolición total de esta institución.

Hijo de José Perfecto de Salas y de María Josefa Corbalán y Chirinos, nació en Santiago el 19 de junio de 1754 y murió en la misma ciudad en noviembre de 1841. Su familia formaba parte de la más alta aristocracia del país, por lo que ingresó como alférez al Regimiento de la Nobleza en 1767, y más tarde, en 1774, recibió el grado de capitán. Cuando su padre fue nombrado asesor del nuevo Virrey del Perú viajó a Lima e ingresó a la Universidad de San Marcos, titulándose de Bachiller en 1773. Al año siguiente, recibió el despacho de abogado de manos de la Real Audiencia de aquella ciudad. A principios de 1775, fue elegido alcalde del Cabildo de Santiago, iniciando así una larga carrera de servicio público que comenzó con el cargo de abogado del Cabildo en 1776. Entre 1777 y 1782, permaneció en España. A su regreso, el Gobernador Ambrosio O'Higgins, lo designó superintendente de Obras Públicas, correspondiéndole dirigir la reconstrucción del tajamar del río Mapocho. También, se desempeñó como síndico del Tribunal del Consulado, nombramiento que le confirió el Rey Carlos IV en 1778. Su preocupación por las cuestiones públicas, llevó a Manuel de Salas a ser uno de los más ardorosos promotores de la instalación de la Primera Junta de Gobierno. Durante la Patria Vieja, desempeñó varios cargos políticos: diputado por Itata en el primer Congreso Nacional; secretario de Relaciones Exteriores y miembro del Senado Consultivo. Además, intervino en la promulgación del Reglamento Constitucional de 1812, participó en la redacción de la Aurora de Chile y fue miembro de la junta que elaboraría el reglamento de prensa. A su pluma de deben importantes documentos como "El Diálogo de los Porteros" y la "Carta al Señor Patricio Español", en los que defendió el derecho de los chilenos a formar un gobierno autónomo. Salas siempre demostró una profunda preocupación por la enseñanza: en la Real Universidad de San Felipe, fundó la cátedra de Matemáticas; creó y fue el primer director de la Academia de San Luis (1798), a la que pensaba dotar con profesores europeos para mejorar y ampliar su educación técnica. Su obra de mayor significación, y que lo retrata en su dimensión de humanista, fue la Ley de Libertad de Vientres de 1811, que decretó el término de la esclavitud para los hijos de esclavos que nacieran en Chile, desde la fecha de promulgación de dicho cuerpo legal, prohibiéndose, además, el ingreso de nuevos esclavos al país. Posteriormente, en 1823, fue el promotor de la abolición total de esta institución. La actividad política que había desarrollado le significó ser confinado por los realistas en el presidio de Juan Fernández, junto a varios otros aristócratas que abrazaron la causa independentista. Tras la victoria de Chacabuco, todos los confinados fueron repatriados por orden de O'Higgins. Recuperada su libertad, Manuel de Salas continuó ejerciendo una activa vida pública y asumiendo responsabilidades en el área de la cultura como en la de educación y la política. En 1818, fue nombrado bibliotecario de la Biblioteca Nacional. En 1823, colaboró con la Junta de Gobierno formada tras la abdicación de O'Higgins. Ese mismo año, fue electo diputado provincial por Santiago al Congreso Constituyente y presidente del Consejo de Estado. Una de sus últimas actividades públicas se relacionó con la fundación de la Sociedad de Agricultura, a través de la cual se esperaba introducir maquinarias, semillas y nuevas técnicas desarrolladas en Europa, a fin de mejorar la producción agrícola chilena.