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OPINIÓN
Jueves 4 de marzo de 1813, páginas 1, 2 y 3.
Extracto del escrito "Vindicación contra tiranos"

Tras la matanza de protestantes que comenzó en París y luego se extendió a toda Francia, hecho conocido como la Noche de San Bartolomé -24 de agosto de 1572-, surge la corriente de los "monarcómacos" intelectuales que plantearon en el siglo XVI que el pueblo tiene el derecho a la resistencia y a la revolución si el monarca rebasa ciertos límites jurídico-naturales. Integrante de este movimiento fue Hubert Languet, quien bajo el pseudónimo de Étienne Junius Brutus, escribió Vindicación contra tiranos, publicada en 1579.


 ESPECIES FINAS

Extracto de la obra intitulada Vindicie contra Tiranes,

por Esteban Junio Bruto, año 1581. 

ADVERTENCIA

ESTA es una de las obras mas interesantes y raras del siglo XVI por la valentia de las ideas y principios. Es la produccion de un republicano, que habla de los principes como se hablaba en Roma despues de la expulsion de los Tarquinos. Su fin es establecer un sistema contrario à los principios perniciosos, y à las maximas penzoñosas de Maquiavelo.

,, La impostura y la adulacion, auxiliares de los intentos ambiciosos, hicieron creer á los prebios ignorantes, è incautos que la autoridad de los principios no emanaba de la libre voluntad de los vasallos, y que, como si fuesen de una superior y particular naturaleza, habian sido puestos sobre los demàs á manera de pastores sobre rebaños de brutos. Este error, indigno de la especie humana, està en contradiccion con la naturaleza, y con el testimonio de la historia.

,,Respecto à que ningun hombre ha nacido hasta ahora con la corona en la cabeza, ni con el cetro en la mano : que nadie puede hacerse rey à si mismo, ni reynar sin pueblo ; y que al contrario el pueblo puede existir, y en efecto ha existido en mil partes y por la larga serie de años antes de los reyes, y sin ellos ; es claro que todos los reyes fueron originariamente establecidos y constituidos por los pueblos. Y si el derecho de eleccion libre parece aniquilado en algunas partes por los hijos de los reyes, aun dura en todas la costumbre de que los hijos no suceden à los padres sin ser antes reconocidos sus herederos, y recibiendo el cetro  de las manos de los primeros proceres del reyno, que representan la magestad de la nacion. Hallamos las huellas de esta institucion en Francia, Inglaterra &a.en donde los reyes se ponen en posesion de su empleo por las asambleas generales, por los pares, los grandes señores, que alli representan al pueblo. Los emperadores de Alemania se eligen por los electores, y los reyes de Polonia por los palatinos.

Pero para que no nos indusca en error la serie no interrumpida de elecciones en ciertas familias, advirtamos que los estados ò asambleas generales de estos reynos han á veces preferido un pariente al hijo, y el menor al mayor : asi en Francia Luis fue preferido á su hermano Roberto : Conde de ++++, y Henrique á Roberto, nieto de +++. Aun mas, el pueblo ha hecho por su propia autoridad pasar el trono de una familia à otra, à pesar de que vivian los herederos legitimos : asi pasò el trono de la casa de Merouè à la de Carlo-magno, y de la de este à la Capeto ; lo que igualmente sucedió otros reynos. Mas para ++++ de la Francia, donde la sucesion està mas en crèdito, Pharamondo fue electo en 419 ; Pepin en 751 ; y los hijos de Pepin en 763, sin atender à sus padres. Despues de la muerte de Carloman, en 771, Carlo-magno no entró en posesion de la parte del reyno, que parecia tocarle por derecho de sucesion, sino que solicitó antes el consentimiento del pueblo y de los estados generales. Luis, hijo de Carlo-magno, fue electo por el pueblo en 812, habiendole rogado aquel en su testamento que eligiese à uno de sus hijos.

Ademas de esto hay una infinidad de pueblos que viven sin reyes ; mas no puede imaginarse un rey sin pueblo ; y no ha sido por ser mas bellos, ni mejor constituidos que los otros hombres, ò por ser de una naturaleza mas exelente, que se elevaron algunos à la potestad real, como pastores sobre rebaños de bestias, sino que el pueblo los exaltó para hacerlos depositarios de su poder, de suerte que ellos brillan con un esplendor prestado. La antigua usanza de los franceses de saludar rey al que ellos habian elegidos, nos presenta una imagen sensible de todo lo expuesto. En los casos en que el pueblo se separa del rey, desaparece toda su potestad, y no es mas que un simple ciudadano. Asi se vio en Corintho al Tirano de Sicilia servir el empleo de pedante, despues de su expulsion del trono.

Si el principe es establecido por el pueblo y para el pueblo, es evidente que el pueblo es superior al principe. Sería cosa bien ridicula creer que el mundo entero hubiese sido criado para unos quantos hombres, à las veces mas ineptos que los demàs ; y la razon persuade que el que hace, nombra, y constituye, sea superior al nombrado, y constituido. El dueño de un vagel le nombra un piloto para que dirija su marcha, y no se despedaze contra los escollos ; todos los que sirven en el vagel, le obedecen, y con todo, el piloto no es mas que un hombre, que sirve al dueño del buque, y solo se diferencia de los marineros en ser un empleado mas distinguido. En una republica que comunmente se compara â un vagel, el rey ocupa el lugar del piloto, el pueblo es el dueño del vagel, el obedece à su piloto mientras conserva la seguridad publica, aunque este piloto no sea mas que el primer oficial del pueblo, encargado à las veces de nombrar otros oficiales.

Lo que se ha dicho del pueblo considerado en masa, debe entenderse de los que legitimamente lo representan, los quales se llaman comunmente grandes oficiales del estado, de la corona, del reyno &a.y no oficiales, ò domesticos del rey : estos reciben la autoridad de su amo, aquellos del pueblo, á lo menos originariamente : estos, lo mismo que el rey, dependen de la soberania del pueblo, y deben cuidar de que sus derechos se conserven ; y aunque cada uno de ellos sea inferior al rey, todos juntos le son superiores. Todas estas aserciones las iré demostrando.

A proporcion que se extienden los limites y relaciones de los  estados, es necesario que se varie el orden de las cosas. Sigamos este orden desde el gobierno patriarcal. Ephron no procede à conceder el derecho de sepultura á Abraham sin el consentimiento del pueblo, sobre el qual reinaba. Hèmor, rey de Sichen, no hace alinza con el mismo Abrahan sin este consentimiento, porque siempre los negocios de importancia se trataban en asambleas populares. Pero quando se dilatan los limites de los imperios, siendo ya imposible la reunion del pueblo en un mismo lugar por la confusion, que resultaria, se establecieron oficiales ó representantes, cuya funcion era velar sobre los derechos populares, mas con la condicion de convocar al pueblo en los casos extraordinarios, sea en la totalidad, sea por medio de los padres de familia, &a. Asi  en el reyno de Israel el rey tenia sus empleados domesticos y militares, pero el pueblo tenia sus oficiales, ó representantes, à saber, los ancianos del pueblo en numero de 71, y los xefes ó cabezas de las tribus, que velaban sobre los negocios publicos en paz y en guerra. A mas de esto cada ciudad tenia sus magistrados, que se congregaban en junta general para deliberar en los casos de gran importancia, por mejor decir, sin ellos no se tomaban resoluciones que afectasen á toda la nacion. Asi David reune á todos estos grandes oficiales para revestir à Salomon de la magestad real : para aprobar la policia que habia establecido : y como estos oficiales representaban à todo el pueblo, dice la sagrada historia, en tales ocaciones, que el pueblo se habia cougregado. Estos mismos oficiales no consistieron que se diese muerte á Jonathas, aunque habia sido sentenciado por el rey. Aun parece que estos oficiales reunidos tenian sobre el rey el mismo poder judiciario, que tenia el rey sobre cada uno de ellos, como se adviertepor la autoridad que exerció el consejo de los ancianos de Jerusalen despues de la division del reyno originada del orgullo de Roboan.

En Esparta se apelaba à los Ephoros de las sentencias del rey, y aun segun Aristoteles los Ephoros juzgaban al rey. En Egipto el pueblo elegia los ministros del rey; y dice Aristoteles que los gobiernos, que  no tienen representantes y oficiales del pueblo, son barbaros, y proximos a la tirania. Todos saben quales eran esta en parte los derechos del pueblo Romano : aun despues de la ruina de la forma republicana, el senado declarò enemigo del estado al emperador Maximino, y creò emperador á Maximo y Albino, y el exercito prestò juramento de fidelidad al pueblo, al senado, y al emperador.

Decendamos á las monarquias modernas. Estas se dividen en electivas, y hereditarias. En Alemania, donde se confiere por eleccion el imperio, hay electores, principes seculares, y eclesiasticos, condes, barones, ciudades imperiales, que tienen sus diputados : y como todas estas personas publicas veian en particular sobre el bien del pueblo, representan reunidas la magestad del imperio, y cuidan entonces de que el estado no sufra daño ò violencia ni de los atentados de los principes de aquella gran confederacion, ni de las pasiones de la cabeza del cuerpo Germanico. Por este motivo el imperio y el emperador tienen à parte sus oficiales, y el imperio goza de una permanencia tan autentica, que el emperador rinde homenaje al imperio. En Polonia los palatinos, los obispos, la nobleza, los diputados de la ciudades, son los oficiales del estado ; ellos hacen las leyes, y deciden sobre la paz y la guerra. Si se preguntase en Polonia si el rey era superior ó inferior al pueblo representado por los palatinos, señores &c.fuera lo mismo que preguntar en Venecia si era mayor el Dogo ó la republica.

El mismo orden se observó en los reinos hereditarios, aun en aquellos en que despues creció inmensamente la postestad executiva. En Francia la asamblea de los tres estados nombraba los mariscales, al almirante &c.que pretaban juramento de defender la republica. La asamblea de los tres estados, congregada antes anualmente, decretaba como soberana, y sus sanciones eran inviolables : en ella se jusgaba á los reyes convencidos de tirania, ó de negligencia, y se les deponia de su dignidad : en ella se declaraban á veces los hijos del rey inhabiles à la sucesion. La ley de sucesion hecha a favor de ellos, era destruida por la misma autoridad que la habia sancionado ; lo que prueba que la sucesion se toleraba, para evitar la intriga, y las guerras civiles. Pero quando la sucesion trahia males mas perniciosos, entonces la asamblea hacia valer su autoridad en nombre del pueblo, que representaba, y ponia en el trono á quien mas convenia.

Los reynos de España, y principalmente los de Aragon, Valencia, Cataluña, se gobernaban por los mismos principios. Los grandes de Aragon decian al Rey en su consagracion y en las cortes : ,, nosotros que valemos tanto como vos, y podemos mas que vos, os elegimos rey con estas y estas condiciones &c.,, Las cortes de Aragon anulaban á veces los mandatos reales, y no se imponian contribuciones sin su consentimiento. Lo mismo sucedia en Escicia y en Inglaterra, donde el parlamento es sobre el rey : la autoridad de este congreso estan sacrosanta que no osa el rey aprobar lo que el desaprueba. En fin la historia de Inglaterra, de Hungria de Boema, Dinamarca, Suecia, presenta exemplares bien terribles para los Principes.

Se dirà que la audacia de estos, y la ignorancia y degradacion de los principales hombres del estado, han sido tan asombrosas, que la licencia intolerable de muchos principes ha adquirido un derecho de prescripcion, y que el pueblo ha cedido tacitamente su autoridad, ó la ha perdido por el descuido de hacerla valer? Pero esta pretendida prescripcion, y esta prevaricacion real no pueden aniquilar los derechos populares. no puede haber prescripcion contra la libertad, y contra las prerogativas recibidas de la naturaleza, aunque haya durado siglos la violencia de la servidumbre.

Se dirá que los reyes fueron entronizados por el pueblo, que vivia mas ha de quinientos ò seis cientos años, y no por el de hoy? Pero el pueblo no muere jamas : el es como un rio cuya duracion es eterna por la permanecencia de sus manantiales : la revolucion de los nacimientos y las muertes hace al pueblo inmortal ; y como aun tenemos al Rhin, al Tiber, y al Sena, que conoció la antigüedad, asi el pueblo de Alemania, de Francia, de Italia es el mismo ahora, que el que existia mil años antes, en quanto á su calidad de pueblo, y ni el curso del tiempo, ni la sucesion perenae de individuos pueden alterar sus derechos :

Se dirà que el rey recibió la corona de su padre y no de los pueblos? Pero su padre la recibió de su abuelo, y asi uno de otro, hasta que vengamos á parar en uuo que ò se hizo rey a si mismo por la fuerza, ò fue constituido por los pueblos. Si fuè constituido por estos, es claro que ellos eligieron lña forma de gobierno que mas les convino, y que los mismos pueden hacer los pueblos actuales, pues son tan libres como los antiguos : auqellos y estos han podido siempre colocar el supremo poder donde les parecio mejor ; y en verdad lo han hecho muchas veces, como queda demostrado. Si ò el reyno, ó un aumento intolerable de autoridad, se introduxo por la fuerza, es evidente, que el lapso del tiempo no puede perjudicar al pueblo. Nadie escuchariá à un esclavo, que hubiese esclavizado á su propio amo, y que pretendiese tener sobre él derecho de vida y de muerte, sin dar mas razon a favor suyo que la antigüedad de la violencia : ni se admitieran las excusas del que se hubiese entregado al rol o por espacio de treinta años, ó que alegando ser hijo de un ladron quisiese justificarse por esta especie de prescripcion. Asi el tiempo no destruye los derechos del pueblo ; el tiempo no hace mas que  agravar los ultrages de la tirania.

 [Se continuará.]

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