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OPINIÓN
Jueves 20 de agosto de 1812, páginas 1 y 2.
La independencia requisito indispensable para el progreso

Camilo Henríquez expone: "La ilustracion, la industria, el comercio solo florecen baxo la dulce influencia de la libertad civil. Pero es un absurdo creer que exista en algun punto de la tierra la libertad civil sin la libertad nacional. Ya se ha repetido innumerables veces : las metropolis son siempre opresoras de sus posesiones distantes : aspiran al imperio ; y el vasallage jamas se uniò con la libertad."


LA dependencia colonial, y la nulidad politica son una misma cosa. Un pueblo que depende de una metropoli, no figura entre las naciones ; no es mas que una provincia ; y si es una colonia, no es mas que un fundo, un patrimonio de la metropoli, destinado á enrriquecerla. Como el luxo de un propietario crece, à proporcion de lo opimo, y rico de sus fundos, las profusiones de la corte de España crecieron inmensamente con la posesion del patrimonio americano. Mas este fundo puede considerarse baxo dos aspecto : él consta de dilatados territorios, habitados por pueblos numerosisimos. Es yá una verdad mui palpable, que un pueblo no puede ser despojado del terreno, que habita sin violencia, è injusticia. Todos los pretextos aparecen vanos y ridiculos, en presencia de las leyes de la naturaleza. La injusticia es mas execrable si los primeros habitantes se reducen á la miseria y a la servidumbre. Los primeros hijos de la America fueron reducidos à este estado con tanta crueldad, tal barbarie, tales atrocidades, que el V. D. Fr. Bartolome de las Casas anunciò, que en castigo de ellas habia de ser la España arruinada, destruida de tal modo que habia de perder el nombre de nacion desapareciendo asi asi de la faz del mundo.*

Reducidos á la miseria los indios, y casi exterminados, perseveró la America en la condicion de patrimonio de la España. Se tomaron todas las precauciones para que en ningun tiempo se separase de la metropoli, y estas precauciones se cubrieron á las veces con un velo sagrado. Como el trono tenia igual interés en que todos los vasallos le prestacen una ciega obediencia, no se omitió medio alguno para que toda la inmensa monarquia permaneciese envuelta en una noche tenebrosa de ignorancia : de aqui es que en medio de la ilustracion de la Europa la España perseveró sumergida en los siglos de la barbarie, siendo la mas estúpida de las naciones ; esa ignorancia del derecho natural ; esa carencia de solidos principios ; esa persecucion de los libros luminosos ; ese olbido del nombre y del significado de la libertad nacional y civil. La America era un fundo Español, de aqui ese monopolio de Cadiz, ese cuidado en que no conociese los procederes de la industria : esa prohibicion del establecimiento de fabricas. La America debia obedecer siempre ; de aqui las ordenes para que sus habitantes estubiesen desarmados. A la sombra de la ignorancia la doctrina del despotismo hizo tales progresos que los pueblos se consideraban como destinados por el Altisimo à obedecer y callar como rebaños miserables. Todos estaban persuadidos de que la monarquia tenia un origen divino, y de que jamas podian elegir una forma de gobierno menos incompatible con su prosperidad. Los motivos que induxeron à los hombres à formar la sociedad civil ; la libertad de las naciones de reformar los gobiernos, y aun sobstitutuirles ótros sistemas menos perjudiciales ; eran absolutamente ignorados del cuerpo de la nacion. No corrian los libros en que podian beberse estas verdades ; y el horor de la muerte y de los calabozos ; imponian silencio à los despreocupados que no aspíraban al martirio.

Estas y otras observaciones nos manifiestan que sin la gran revolucion de la España la America hubiera sido miserable eternamente. La ilustracion, la industria, el comercio solo florecen baxo la dulce influencia de la libertad civil. Pero es un absurdo creer que exista en algun punto de la tierra la libertad civil sin la libertad nacional. Ya se ha repetido innumerables veces : las metropolis son siempre opresoras de sus posesiones distantes : aspiran al imperio ; y el vasallage jamas se uniò con la libertad. Preocupacíones pues mui rancias, todos los vicios, y los miedos de los esclavos oponian à la emancipacion de la America un muro inexpugnable. Estaban tan arraigadas en las cabezas en que habitaban por tantos años, que cuesta una dificultad indecible el que se desprehendan de ellas, apezar del sacudimiento y commocion violenta que reciben por los sucesos de la epoca actual é infortunio de la metropoli. Aun se defienden con no sé que subterfugios escolasticos, con no se que temperamentos que jamas admitió la verdadera politica, ni pusieron à cubierto á los pueblos de las calamidades : temperamentos ilusorios, y vanos, que no pueden extinguir al odio vengativo, ni tranquilizar a la desconfianza. La tirania jamas perdona los primeros pasos de las revoluciones. Todos quantos influyen en ella ó la muerte ò la inmortalidad ; ò una eterna venganza, ò una eterna fama. Ellos deben tener ante los ojos ó el sepulcro, ò el augusto monumento de la libertad nacional, en que estaran escritos sus nombres para recibir las alabanzas de las generaciones futuras. Estas maximas han estado siempre en los labios de los heroes de la libertad en las revoluciones mas célebres de la humanidad. Oh ! Los puñales de las conjuraciones han brillado sobre las cabezas de los patricios ; en muchas de nuestras regiones han corrido torrentes de sangre americana ; el suelo que pisamos está empapado en la sangre de los primeros hijos de la America ; arde el corazon de sus enemigos con un odio implacable, é hidropesia sanguinaria ; ¡ y Aun se encubre con los miedos del mundo servil el sistema patriotico ! La fortuna, ò digamos mas juiciosamente, la providencia vengadora nos ofrece la coyuntura mas favorable ; no puede ya volverse atràs sin ser el escarnio de todas las naciones ; sin ser la indignacion de la America por una vergonzosa apostasea ; y aun no se eleva al descùbierto el estandarte americano ! oh ! quando entre los himnos, que entonen la gratitud pública à sus heroes, baxo el pabellon tricolor, y al sonido de las musicas militares podrà decirse :=

Ya la patria se eleva gloriosa

sin el yugo de horribles tiranos.

Liberales principios y humanos

Han de darle la felicidad

La razon, la injusticia, y las leyes

Establecen su placido imperio

Solo suena en el nuevo hemisferio

La voz dulce de la libertad.

*,, El daño è jactura à la Corona Real de Castilla y Leon por esta causa ha venido, y à toda España vendrà, despoblando y matando como por ella misma se matarà y despoblarà todo el resto que de ellas (*las naciones americanas*) queda, los ciegos lo veràn, los sordos lo oyràn, los mudos lo clamaràn, y los mui prudentes lo juzgaràn : y por que nuestra vida no puede ser ya larga, invoco por testigos à todas las hierarquias y coros de los Angeles, à todos los Santos de la corte del cielo, y à todos los hombres del mundo, en especial los que fueren vivos, no de aqui â muchos años de este testimonio que doy, y descargo de mi conciencia que hago, que si el repartimiento infernal y tiranico susodicho y que se pide, dando los indios de qualquiera manera à los españoles que tengan entrada y salida con ellos con quantas leyes, y estatutos, y penas que se les pongan, S. M. les concede, y hace que todas las Indias en breves dias seran yermas, y despobladas, como lo esta la grande y felicisima isla Española, y las distantes de ella, y comarcanas ; y que por aquellos pecados por lo que leo en la sagrada escritura, Dios ha de castigar con horribles castigos, é quizà totalmente destruirà toda España. Año de mil é quinientos y quareinta y dos. Protestacion del Obispo Dn. Fr. Bartolome de las Casas.

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